VISITA AL CEMENTERIO
1 de mayo de 2012
El 1º de mayo de
1976 un grupo de melillenses realizaron de forma espontánea una visita al
cementerio para recordar a los cientos de españoles y melillenses asesinados en
Melilla por sus ideas. El acto, cada año, se viene repitiendo desde entonces.
En los primeros
años éramos acompañaos de los hijos, nietos, hermanos y esposas de las víctimas.
Curiosamente, no nos hablaban de su dolor, de su pérdida, sino de que no
hubiera olvido, de la necesidad de recuperar la memoria personal y familiar de
los asesinados, de sacarlos del pasado, de recordar que fueron asesinados por
sus ideas, por su lealtad a la
democracia, por su compromiso con la libertad. Y además, que los mataron de
forma cobarde, con nocturnidad, con alevosía y premeditación.
Así aprendimos y
conocimos que en esta Ciudad habían asesinado a
gente por tener las mismas ideas que tenía nosotros, por las mismas
ganas de libertar que teníamos nosotros y por tener nuestras mismas ideas. Por
ello, cada año se repite el acto, para que en nuestra ciudad, de una vez por
todas, en nuestras calles, en nuestros recuerdos, en nuestra historia aparezcan
los que defendieron y murieron por la libertad y no los que la mancillaron con
sangre indefensa e inocente.
El golpe de Estado
de 1936 se inició y triunfó en Melilla el día 17 de julio, iniciándose un
periodo de terror inimaginable. Más de 300 asesinados y unos 2.000 melillenses
deportados durante años en el Campo de Concentración de Zeluán y prisiones
españolas, en un preludio espeluznante de los fascistas españoles, que
utilizarían sus hermanos nazis unos años más tarde en toda Europa. Aquí hubo
una carnicería impresionante, donde las centurias falangistas, con sus pistolas
y trajes negros, sembraron el terror en nuestras calles, matando, torturando,
robando los bienes de sus asesinados y, todo ello, con la complicidad y auxilio
de la autoridad militar encabezada por los golpistas Solans, Bartomeu, Gazapo y
Seguí, entre muchos otros, que permitieron y animaron a que la vendetta
falangista sacara a los detenidos de la prisión de Victoria Grande, de sus
casas, de las prisiones militares, humillados e indefensos, para asesinarlos a
tiros y dejados como perros en la cuneta de la carretera de Rostrogordo o en la
tapia de este cementerio.
Con la marcha del
golpista Solans se acabó la vendetta falangista y se inició una represión militar radicalmente injusta, con
tribunales ilegítimos y una farsa jurídica que se ensañó especialmente con
militares demócratas y fieles al orden constitucional. Fueron decenas los militares
acusados, condenados y ejecutados por
los delitos de rebelión y traición. ¡Qué paradoja¡ los que se rebelaron condenando y matando a los que
fueron fieles al orden constitucional.
Hoy vivimos otra
paradoja, la de ver como nuestro Tribunal Supremo en lugar de investigar los
crímenes de lesa humanidad que se cometieron en España y en Melilla, da la
espalda a la verdad, frenando y conculcando los criterios internacionales en
materia de derechos humanos, espoleados por los herederos ideológicos de los
mismos falangistas que llenaron de
sangre y terror las calles de nuestra ciudad.
A lo largo de estos
años, algunos, nos han acusado de abrir heridas. Nunca ha sido así. Estas
heridas, son heridas de la democracia, heridas de la libertad, estas heridas nunca se cierran, permanecen abiertas
para que nunca más, en ningún lugar del mundo, la gente muera por sus ideas.
Hay una canción de
Ruben Blades que canta Maná sobre los desaparecidos en Sudamérica que se
pregunta “cuando vuelven los
desaparecidos”, y contesta la canción ”sólo
cuando los trae el pensamiento” y se vuelve a preguntar cómo se les habla a
los desaparecidos y vuelve a contestar la canción que “con el corazón apretado por dentro”.
De esta manera, hoy
1º de mayo de 2012, hemos visitado el cementerio. Salud compañeros.
El Popular de Melilla
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