18 de mayo de 2012

EL MITIN SOCIALISTA DEL DOMINGO EN LA PLAZA DE TOROS

Elecciones a Cortes 

Artículo publicado en el El Telegrama del Rif el 23 de junio de 1931

Arreglos y transcripción  para  el Blog El Popular de Melilla

Organizado por la Agrupación Socialista, se celebró el domingo 21 de junio de 1931, a las diez de la mañana, en la plaza de toros, un mitin de propaganda electoral. Asistió numeroso público viéndose ocupados los tendidos de sol, los palcos y parte del ruedo.

En distintos lugares de la plaza se colocaron altavoces cedidos galantemente por la  casa Parres.

Setenta y cinco jóvenes, pertenecientes a la Juventud Socialista, se hallaban encargados de mantener el orden, que en ningún instante fue perturbado, deslizándose el acto en medio de la mayor corrección y gran entusiasmo.

La tribuna de los oradores fue situada en la meseta del toril, instalándose la mesa de la prensa en el ruedo, cerca de dicho lugar.


Presidió el acto el presidente de la Federación Local del Trabajo y primer  teniente de alcalde don Antonio Díez, al que acompañaban los oradores, entre ellos, el candidato del partido Antonio Acuña Carballar.

El afiliado de la Agrupación Socialista de Melilla, compañero Vera cantó el himno de la Internacional escuchándose al terminar muchos aplausos.


INTERVENCIÓN DE ANTONIO DÍEZ MARTÍN, PRESIDENTE DE LA AGRUPACIÓN SOCIALISTA DE MELILLA.

El señor Antonio Díez, en elocuentes términos, pronunció un extenso discurso, haciendo historia de la determinación adoptada por la Agrupación Socialista de aprestarse a la lucha,  explicando las causas que le han hecho concurrir a las elecciones apartada del Partido Republicano.

Afirma que los socialistas han traído la República y por ello están en el deber de laborar porque la investidura parlamentaria la ostente una representación obrera. Añade que los socialistas han de evitar que por las puertas grandes de la República penetren muchos de los que sirvieron al régimen caído.

Dice que los socialistas que no traen rencores personales, cuentan con la fuerza suficiente para presentar un candidato que no es letrado, que no sabrá interpretar las leyes, pero que cumplirá la ley moral. Al lado de estos representantes obreros estará el sabio socialista Fernando de los Ríos, gloria jurídica que ha estructurado el programa del PSOE que éste ha de llevar al Parlamento.

Manifiesta que a los socialistas no les satisface la república burguesa, pues si esta fuera la meta de su ideal el socialista no tendría razón de ser. Que son  republicanos, antes que socialistas, pero cree que debe seguir actuando en pro de las reivindicaciones proletarias, no olvidando que existen millones de obreros parados.

Habla de la instrucción del obrero, diciendo que un pueblo que esté instruido no será un pueblo de esclavos. Manifiesta que todos tienen derecho a entrar en el concierto de la vida que les corresponde por el derecho de haber nacido.


Dice que en Suiza hay explotadores y explotados, y que en Norteamérica su presidente goza de idénticos derechos que un rey absoluto, conculcándose allí la ley y ejercitándose la justicia por procedimientos venales, de lo que es prueba el proceso de Sacco y Vanzetti.

Habla de la Constitución que tendrá España y dice que una representación obrera en el Parlamento será un cauce abierto para transformar sin violencias el actual estado de cosas.

Censura la idiosincrasia del carácter español, que ahora se muestra entusiasmado con las próximas elecciones y que pasadas éstas, volverá a manifestarse con apatía.

Expresa que la Dictadura fue la que hizo mayores conciencias ciudadanas, por sus procedimientos de opresión.

Manifiesta que no convienen las violencias, y a este respecto dice que hay que agradecer a Trifón Gómez que no echara a los ferroviarios a la calle, pues entonces la República se hubiera convertido en una república militar como la de Méjico.

Termina diciendo que hay que actuar con el cerebro, única forma de que por obra de los obreros organizados pueda ser algún día realidad la paz del mundo entero. (Prolongados aplausos).



INTERVENCIÓN DE JUAN ORTUÑO MARÍN, MIEMBRO DE LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS DE MELILLA.

El señor Ortuño dice que los momentos actuales son de gran trascendencia, puesto que en ellos ha de estructurarse la Constitución del país, norma que ha de ser para los obreros, para sus hijos.

Se muestra opuesto a la forma de actuar del Gobierno Provisional, al que califica de débil.

Manifiesta que los melillenses deben demostrar que son ciudadanos capacitados para llevar un representante socialista al Parlamento que sea capaz de laborar no solo por el engrandecimiento de la ciudad, sino por todos los problemas vitales que interesan a los trabajadores.



INTERVENCIÓN DE LUIS BONELL OLIVA, PRESIDENTE DE LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS DE MELILLA

Comienza evocando un hecho saliente de la Revolución Francesa  y a continuación dice que no está todo hecho, después de proclamada la República en España, con dar vivas y agregar un nuevo color a la bandera patria, pues la batalla no ha terminado. Las esperanzas que hiciera concebir la República se van viendo insatisfechas por quienes antes colaboraron con los socialistas.

Recuerda una frase de Castelar y dice que España quiere dar un paso grande para elevarse rápidamente a su grandeza.

Habla del programa que los socialistas desarrollarán en el Parlamento, y combate a quienes se hallan en posesión de actas y representaciones, merced a la colaboración con los socialistas.


 DE DIEGO JAÉN BOTELLA

Habla a continuación el señor Diego Jaén, quien manifiesta que hasta hace pocos días ha sido sacerdote y que siempre fue hijo de obrero.

Añade que sobre él han llovido excomuniones, pero que tiene la conciencia tranquila.

Dice que Jesucristo no entró nunca en los palacios como no fuere para ser juzgado por el delito de difundir sus divinas doctrinas entre los humildes. Si estuviera en la tierra, estaría aquí entre los obreros, y añade que Pablo Iglesias fue hijo excelso de Jesucristo.

Recomienda a los obreros que vayan a las urnas y voten al señor Acuña, pues  es un arma preferible a las barricadas, ya que no debe derramarse sangre.

Los tres oradores fueron objeto de cariñosos aplausos.


INTERVENCIÓN DE ANTONIO ACUÑA CARBALLAR, CANDIDATO SOCIALISTA A LAS CORTES GENERALES 

 levantarse, es saludado con una salva de aplausos, los cuales recoge –dice-  para ofrecerlos al Partido Socialista.

Dice que carece de lirismos para engalanar su discurso, pero que tiene corazón para sentir todos aquellos problemas que afectan a la clase trabajadora.

Combate al régimen capitalista, que lo mismo dentro de la Monarquía que dentro de la República, oprime y explota al trabajador persistiendo el espíritu de esclavitud.

Habla de la religión, y dice que ésta no permite a la mujer que piense y que colabore con el hombre en la obra ciudadana.

Dentro del régimen capitalista, gobernarán siempre los menos a los más y por ello los obreros deben capacitarse para que el Gobierno sea de los más para los menos.



No queremos –dice- una República burguesa, sino una República Socialista que significa igualdad de derechos, y que habrá de implantarse algún día con verdadero vigor.

La enseñanza debe ser gratuita en todos los grados, para todos los ciudadanos, pues el talento no es privilegio de las clases pudientes.

Dice que no será en el Parlamento una gran personalidad, pero llevará la representación de las sociedades obreras y de los socialistas y trabajará por ellos y para ellos, porque defendiéndolos a ellos,  se defiende así mismo.

Habla del problema de la tierra, y manifiesta que ésta es de la nación, y que debe darse a los municipios, y éstos a las sociedades obreras, para que el pueblo obtenga los frutos que da la naturaleza. Paralelamente, el Estado debe proteger a los obreros campesinos.

Entiende que la tierra no debe darse en propiedad, porque sería crear otra pequeña burguesía, ya que todos llevamos dentro de si un egoísta innato.

Que no se  asustan, que es el socialismo integral, pero antes hay que capacitar a los obreros para no llegar al fracaso.

A continuación se circunscribe al programa de Melilla y dice que es necesario resaltar  que esta ciudad no es la de los capitalistas solamente, ni la de los cuervos que se enriquecieron con la guerra, sino que es también la de los obreros organizados que cifran sus anhelos en un porvenir mas justo y mas equitativo. El Municipio sabe de los negocios de la ciudad, y sabe que hay  compañías que detentan el suelo, estimando que debe hacerse una revisión de los terrenos, que se otorgaron con perjuicio de la propiedad general.

Se refiere después al Protectorado, y censura a los que preconizan que Melilla depende de la Alta Comisaría, sin duda para estar más cerca de los que mandan.

Dice que los burgueses melillenses votarán al candidato burgués, que aunque sea muy radical no lo será tanto como el socialista.

Habla de nuevo del Protectorado y entiende que hay que sostenerlo, pues es preferible a que cayera en manos de otras naciones, pero evitando que el indígena sea explotado, pues hay que respetar sus derechos.

Preconiza la necesidad de pedir para Melilla la implantación de un centro de enseñanza superior, que irradie a toda la zona de Protectorado. No quiere que la bandera tricolor ondee en Ketama, porque significaría dominación, y quiere por el contrario que la bandera roja campee en todo el mundo
.
Nuestro programa –añade- es radicalísimo, pero está basado también en la protección a los pequeños industriales.

Dedica palabras a los funcionarios y empleados que, como él son obreros, pero que todavía nos se hallan impregnados del ideal proletario, porque aun no han sabido romper los prejuicios, y les dice que se unan a ellos para evitar que continúen prosperando las injusticias.

Termina el señor Acuña Carballar su discurso, agradeciendo las muestras de entusiasmo que ha observado en el mitin y manifiesta que si resulta elegido sabrá cumplir en todo instante con los deberes y orientaciones que el partido le señale a favor de la ciudad y del obrero.

El discurso del señor Acuña fue interrumpido en distintas ocasiones con aplausos, y lo mismo al final, escuchando una prolongada ovación.


ANTONIO DÍEZ MARTÍN

El señor Díez nuevamente hace uso de la palabra para hacer el resumen de los discursos.

Dedica elogios al candidato Acuña, manifestando que todos los trabajadores deben votar con entusiasmo su candidatura para llevarle al triunfo.
           
Glosa los mas salientes párrafos de los anteriores oradores.

Dice que el Partido Socialista no quiere demagogias ni excesos violentos, como lo ha reiterado en ocasiones distintas.

Censura al capital, y enaltece al trabajo diciendo que éste es el que produce y transforma.

Habla de determinadas empresas nacionales que en algunos momentos provocaron las huelgas para que acabaran a tiros y sufrieran las humildes clases trabajadoras.

Se refiere a Marruecos, y dice que hay que enfocarlo desde su aspecto racial, y que debemos actuar cerca de los indígenas como hermanos, recordando los siglos de dominación musulmana en los cuales trajeron las corrientes de civilización.

Añade que la cuestión social interesa a todos, cualquiera que sea su ideología y manifiesta que los mismos capitalistas deben votar al candidato socialista, pues el partido en nombre de quien habla, no va contra el hombre, no quiere un pueblo de ricos, sino un pueblo donde no exista un pobre.

Con referencia a él, dice que muchos le creen el alma del movimiento obrero en Melilla y esperaban que fuera el candidato pero que él no es mas que uno de tantos, que está dispuesto a actuar en la forma que le ordene el partido donde existe una gran disciplina.

Termina recomendando sea votada la candidatura del señor Acuña y anunciando otros actos de propaganda electoral.

Al terminar el señor Díez es repetidamente aplaudido.

El acto terminó interpretándose el himno de riego, que fue escuchado en pie por los asistentes.


1 de mayo de 2012

DANDO EJEMPLO



NOTA DE PRENSA DE JOSÉ GARCÍA VIÑAS AL SER ELEGIDO CONCEJAL DEL AYUNTAMIENTO DE MELILLA

A lo que me obligo:

En vista de que una comisión de la Agrupación Socialista recabó de mi, sin compromiso partidista y por figurar en su programa electoral el Impuesto Único y las libertades ciudadanas – la conformidad a que me incluyeran en su candidatura para concejales del futuro primer Ayuntamiento de Melilla, y que la Conjunción Republicano – Socialista ratificó ese propósito, gracias al cual, bien contrariado, pues, una vez comprometido, mi aspiración era ir por los comicios; nunca por la puerta falsa por donde han entrado, con el favor de los poderes, los usurpadores de las funciones populares, haciendo caso omiso del último párrafo del nefasto art. 29, que en buena lógica anula los demás, me creo obligado a decir a los electores y a toda Melilla que desde el escaño que me sea asignado y en todas partes, no he de escatimar esfuerzo ni sacrifico, si precisare, para lograr y defender:

Primero. Intangibilidad de los derechos individuales, como condición imprescindible de seguridad para la propaganda y planteamiento de las aspiraciones del pueblo.

Segundo. Autonomía municipal verdadera, compulsada por la intervención directa del pueblo ejerciendo el “referéndum” sobre todos los acuerdos trascendentales del Ayuntamiento.

Tercero. Estricto y riguroso cumplimiento de las leyes de protección de los trabajadores, como son la de jornada, descanso, las especiales de protección de las mujeres y de los niños, accidentes del trabajo, seguros de enfermedad, invalidez y paro forzoso, propugnando por su extensión a todos los oficios y profesiones.

Cuarto. Fomento y construcción de casas higiénicas baratas, y apresuramiento para que se pongan en condiciones higiénicas las carentes de ellas.

Quinto. Escrupulosa administración de la Hacienda Municipal, atendiendo preferentemente a la salud, comodidad y utilidad del vecindario con el establecimiento de baños, lavaderos, parques de recreo infantil, distribución de agua potable; atinada evacuación de las residuales, establecimiento de tahonas, carnecerías y pescaderías reguladoras, si a ello obliga la codicia de los especuladores.

Sexto. Sustitución por un impuesto único, sobre el valor escueto del suelo, de todas las contribuciones e impuestos; salvo el que transitoriamente debe recaer sobre las viviendas insalubres y sobre los establecimientos nuevos en que se hayan de consumir debidas alcohólicas.

Séptimo. Concierto con el Gobierno para contribuir a los gastos de la nación, cuando se provea a Melilla de la debida seguridad.

Octavo. Exigir y coadyuvar a la sanción de las responsabilidades que afecten a los componentes de la Junta Municipal.

Noveno. Instrucción gratuita, en todos los grados, para los pobres que gradualmente vayan revelando y probando excelsas actitudes.

Décimo. Todo aquello que sea de efectiva utilidad, conveniencia o interés para Melilla que me sugiera el cuerpo elector.
           
Si cumplo, reconocédmelo vosotros.

            Melilla 15 de Abril de 1.931.
J. García Viñas

30 de abril de 2012

ORÍGENES DE LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS DE MELILLA (I)




Una colaboración de Miguel Ángel Roldán Guijarro y Francisco Narváez López para "El Popular de Melilla"



Reconstituido el PSOE en Melilla en mayo de 1930, tras la represión sufrida por la Agrupación Socialista de Melilla en 1919 y el largo periodo de la dictadura de Primo de Rivera, a primeros de mayo de 1931 se plasmaba la idea de la organización socialista de constituir también en nuestra ciudad las Juventudes Socialistas. En eso años, el movimiento socialista español se asentaba sobre la base de tres organizaciones de lucha, el PSOE, la UGT y las Juventudes Socialistas, de modo que una de las prioridades que se macaron los dirigentes socialistas, tras la creación de la Federación Local del Trabajo (UGT) y la Agrupación Socialista de Melilla,  fue la de poner en marcha la organización juvenil.

Así, tras las primeras reuniones mantenidas a principios de 1931, en el mes de mayo se forma la Comisión Gestora encargada de su constitución, que estuvo formada por Luis Bonell Oliva[i], Aurelio Rutllant Basset[ii], Juan Ortuño Marín[iii], Miguel Rojas[iv], Francisco Tarragó Ramírez, Antonio Calatayud Agazo y José Levy Cohen[v].

Tras la primera reunión la Comisión Gestora acuerda sacar a la luz pública un manifiesto dirigido a los jóvenes de Melilla que reproducimos más adelante, así como la redacción de los Estatutos.

El primer acto público de las Juventudes Socialistas de Melilla sería el 1º de mayo de 1931, donde, tras terminar la manifestación en la calle Castelar, junto a Antonio Díez Martín,  Antonio Acuña y Rafael Fenoy, el Presidente de las JJSS, Luis Bonell Oliva  se dirigió a los presentes (disponible el discurso íntegro de su intervención)

Días más tarde, el 9 de mayo de 1931, con la asistencia de más de cien afiliados y bajo la presidencia de Luis Bonell Oliva se reunían en la Casa del Pueblo los jóvenes socialistas para constituir la organización en Melilla.

Intervino en primer lugar, Francisco Tarrago Ramírez, quien tras  explicar el motivo de la convocatoria y presentar el Orden del Día, cedió la palabra a Luis Bonell quien con un vibrante discurso animó a los jóvenes socialistas a trabajar por la causas de los trabajadores, finalizando con una exposición de los fines de las juventudes socialistas.

A continuación intervino Juan Ortuño Marín, quien resaltó la importancia del acto, la necesidad de la unión de todos los jóvenes en la lucha por la implantación del socialismo y lograr que España se incorporara a  la democracia europea, de la que tanto tiempo había estado separada.

Seguidamente, Antonio Calatayud Agazo, dio lectura a los estatutos que fueron aprobados.

Tras unas nuevas palabras de Luis Bonell, la Asamblea ratificó la confianza en la Comisión.

A continuación intervino Antonio Díez Martín, quién tras un elocuente discurso, recomendó a los jóvenes socialistas que se entregaran con abnegación y espíritu de sacrificio a la tarea encomendada.

Unos días después, el 23 de mayo de 1931, a las 9 de la noche y en la sede social, López Moreno, 6, se reunían nuevamente en Asamblea Ordinaria para proceder a la elección del Comité Directivo.

Declarada abierta la sesión Luis Bonell dio cuenta de la gestión realizada por la Comisión Gestora y de las entrevistas celebradas con los dirigentes de las Juventudes Socialistas de Málaga y la Federación Nacional de Juventudes Socialistas.

Luego se procedió a elegir del Comité Directivo, resultando proclamados los siguientes afiliados:

Presidente: Luis Bonell Oliva
Vicepresidente: Antonio Jurado Pareja
Secretario general-cordinador: Antonio Calatayud Agazo
Secretario de actas: Luis Rafael Melgares
Bibliotecario: Juan Ortuño Marín
Tesorero: Francisco Tarragó Ramírez
Vocales: Primero, Aurelio Rullant Bassets; idem segundo, Diego Cortés Rosales; e idem tercero, Manuel Jiménez Huesa

Mesa de discusión.- Presidente; Salomón Zrihen Benchimol; Vicepresidente, Antonio Zurita Muñoz: Secretario primero, Marcelino Martín Villasclaras; y Secretario segundo; Manuel Tárrago Ramírez.

Comisión Revisora de Cuentas; José Levy Cohen, Luis  Navarro y Gastón Benarroch.

Terminó la sesión con la intervención de Juan Ortuño Marín quién  expresó las aspiraciones de los jóvenes socialistas, reclamando de los afiliados que se entregaran al trabajo de dar a conocer a la sociedad  los ideales de los jóvenes socialistas.  (Continuará)

NOTA 1: Se reproduce como notas a pie de página los distintos expedientes incoados contra los fundadores de las Juventudes Socialistas tras el golpe de Estado de 1936.
NOTA 2: Tanto en la Comisión Gestora como en la primera Junta Directiva aparece el nombre de Francisco Tarrago Ramírez quien poco después acabaría siendo un activo militante de la CNT, para posteriormente abandonar la organización anarquista, En 1936, a pesar de ver como asesinaban a su hermano Manuel, era un entusiasta defensor de las acciones de los fascistas melillenses y un activo propagandista de la causa golpista.
NOTA 3. Se resaltan en negrita los nombres de los citados que fueron asesinados por los golpistas en 1936-1939.


Vista de la manifestación del 1º de mayo de 1931
entrando en la calle Castelar (Archivo: Rodán/Narváez)


El Presidente de las JJSS de Melilla, Luis Bonell 
en un momento de su intervención (Archivo: Roldán/Narváez)

MANIFIESTO DE LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS DE MELILLA


Llegada ya felizmente la implantación de la República española, en cuyo advenimiento tan decisiva parte ha tomado el proletariado, las fuerzas socialistas, que tantas imposiciones han tenido que soportar de la extinta monarquía, se aprestan a dar a sus organizaciones el mayor desarrollo posible, al amparo de las libertades tan caramente conquistadas.

En la Agrupación Socialista de Melilla, la Juventud que sale hoy a la palestra viene a llenar un vacío, que si no se ha hecho sentir demasiado, ha sido por el entusiasmo, digno de los años mozos y de los ideales grandes, que sus asociados han desplegado hasta ahora.

Pero ocupados importantes elementos en cargos de responsabilidad, de trabajo y de administración del pueblo, forzosamente habría de resentirse su organización, si no nos alzáramos disciplinados y entusiastas los jóvenes socialistas melillenses, en defensa de nuestra bandera y nuestro programa.

Ello ha movido a un grupo de jóvenes decididos a llamar a cuantos sientan en sus almas la injusticia social, a cuantos sufran las consecuencias de la tiranía de un régimen capitalista, a cuantos con noble anhelo estén dispuesto a luchar por que sean efectivas, no de pura fórmula, las tres sagradas palabras de la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad; libertad, porque no puede existir donde por los lazos económicos hay tiranos y esclavos; igualdad porque ella es un mito, mientras no exista en el orden económico; fraternidad; porque mal pueden llamarse hermanos, por mucha retórica que se les regale, los que sufran hambre y sed y los que se hartan en el banquete de la vida.

¿De qué habrá servido el sacrificio de millón y medio de obreros españoles, la sangre vertida, la prisión sufrida, si al lograr el establecimiento de la República continúan dejando las riendas del poder en quienes están dispuestos a todas las combinaciones, menos a dejar el gobierno en manos del proletario?

Queremos el gobierno del pueblo por el proletario, y a crear hombres capaces para él nos dedicaremos. Solamente cuando nuestros hermanos de intereses materiales y morales gobiernen, podremos llegar a la anulación de la lucha de clases mediante la unificación de las mismas.

Nuestra organización, nutrida por los más justos ideales humanos, sostenida por el empeño tenaz de jóvenes decididos, que quieren colocarse para su medro al amparo del poder, se sitúa francamente en la oposición, mientras la República española sea conservadora y burguesa.

Acostumbrados a las persecuciones, sostenidas antes para lograr la república, nos aprestamos ahora a seguir arrostrándolas de los elementos burgueses intransigentes, que en este régimen como en el anterior pospondrán siempre la justicia a sus propios intereses.

Ahora iremos viendo bajo la bandera tricolor, en franca camaradería, unidos por los intereses materiales, cuando no por compromisos anteriores, a los elementos que luchaban por una república burguesa, de explotación al obrero, y a los que entonces eran enemigos suyos, porque defendían sus intereses al amparo de la monarquía y que desde su caída son republicanos también, porque se escudan con el poder constituido.

Contra todos ellos nos alzamos valientes y fuertes los jóvenes socialistas.

¡Jóvenes obreros, si queréis luchar por la igualdad social venid a nuestra fila!.

¡Jóvenes empleados, si queréis luchar por la justicia y equidad social, uníos con nosotros!

¡Jóvenes todos, estudiantes, independientes, sin distinción alguna, si sentís en vosotros el ansia de la renovación total de un mundo carcomido y lleno de inmoralidades, acudid a nuestra organización!

¡Hoy, a las nueve y media de la noche, en el local de las Sociedades Obreras, Castelar, 89, constituiremos la Juventud Socialista!

No buscamos número, sino calidad.

Si no os sentís capaces de sacrificaros por el bien de vuestros hermanos, no vengáis.

¡Viva el Socialismo!

           





[i] Centro Documental de la Memoria Histórica. Fondo. Delegación Nacional de Servicios Documentales. Serie. Fichero general de la sección político-social.
[ii] Condenado a tres penas de muerte. Pendiente de concretar archivo y expediente. Estuvo en detenido en el campo de concentración de Zelúan.
[iii] Archivo: Archivo General de la Administración. Fondo: Ministerio de Educación Nacional. Serie: Expedientes de depuración de maestros nacionales. Signatura: 32/13094. Fecha de expediente: 1936-1942. Número de páginas del expediente. Tipología: Depurado. Observaciones: Falta: Oficio de remisión al Juzgado de 1967
[iv] Pendiente de buscar el segundo apellido para concretar archivo de represión.
[v] Centro Documental de la Memoria Histórica. Fondo. Delegación Nacional de Servicios Documentales. Serie. Fichero general de la sección político-social.

25 de abril de 2012

JOSÉ MINGORANCE ALONSO


JOSÉ MINGORANCE ALONSO

Una colaboración para el Blog de  Francisco Narváez López y Miguel A. Roldán Guijarro


Se inspira este Blog en el diario “El Popular de Melilla”, que empezó a editarse el 1 de agosto de 1917 con el nombre de "El Popular" (dirigido por Nicolás Pérez Muñoz Cerisola) y que, salvo pequeños períodos de carencia, estuvo al servicio de Melilla hasta el golpe de Estado de julio de 1936, en el que los cabecillas de la rebelión y sus asesinos a sueldo arremetieron contra el periódico de la misma forma que arremetieron contra la vida y bienes de miles de melillenses.

“El Popular de Melilla” fue fundado por José Mingorance Alonso, quién desde muy joven quedó ligado profesionalmente al mundo de las artes gráficas y la comunicación. Natural de Lanjarón, aunque desde corta edad vivió en Granada, quedó huérfano de padre a los cuatro años. Estas circunstancias le impidieron asistir a la escuela, viéndose obligado a trabajar, en jornadas de doce a catorce horas, con seis años. Se inició como aprendiz, en un antiguo taller, para más tarde ascender al puesto de ayudante, aprendiendo “a manejar la máquina de tirar, “en cuyas tareas puso de relieve magnificas cualidades. Los talleres fueron un mundo de trabajo duro, pero también el ámbito de su formación autodidacta, pues en ellos adquirió todos los conocimientos necesarios para llegar a dominar los entresijos de la profesión y aventurarse, con el paso de los años,  a ser propietario  de varias imprentas y periódicos.

Así, antes de los veinte años había fundado en Granada varios semanarios satíricos. Poco después llegaría a Melilla, empezando a trabajar en la imprenta de “El Telegrama del Rif”, en la que estuvo varios años, hasta que se despidió y se estableció por su cuenta. Apenas sin dinero y “con una pequeñísima máquina de pedal con la que apenas sin podía confeccionar prospectos”, empezó la dura tarea de levantar su empresa, invirtiendo los frutos de su trabajo en la adquisición de nuevas máquinas que le acercaran a su deseo de ampliar los servicios de su imprenta y, sobre todo, a una de sus aspiraciones: dar vida a nuevos periódicos.

Ese objetivo lo vería satisfecho más temprano que tarde, logrando crear varios periódicos diarios, entre los que figuran, entre otros, “El Heraldo de Melilla” y “El Popular de Melilla” que nació por primera en su vivienda particular. También creó “El Diario Español”. Más tarde, poco después, del desembarco en Alhucemas, crea en  pleno campamento “El Diario Español de Alhucemas”, “periódico que representaba una nota interesantísima en nuestra acción civilizadora en África”. Poco tiempo después fundaría en Nador, otro diario llamado “Marruecos Oriental”,  que a juicio del fundador no terminó de cuajar debido a las dificultades puestas por la Ata Comisaría en Marruecos.

No obstante tener que hacer frente a  innumerables contratiempos, Mingorance, llegaría a establecer varias las imprentas en Melilla, Alhucemas y Nador. En sus talleres llegó a confeccionarse dos periódicos diarios; uno de la mañana y otro de la tarde. Así, además de “El Popular de Melilla”, se imprimieron periódicos diarios como “La Voz de Marruecos”, “La Fraternidad”, “España en Marruecos”, “La Voz de África” y semanarios como “Vida Marroquí”, “El Ideal”, “Melilla en Broma” y “El Tronío”.

“El Popular de Melilla,” tuvo que enfrentarse a la dura censura a la que estaba sometida la prensa en Melilla, especialmente este diario que apostó por su distanciamiento de la Dictadura y la su ausencia de servilismo en sus relaciones con el poder, lo que le llevó a soportar numerosas apercibimientos, persecuciones, sanciones, secuestros o suspensiones. El coste personal, profesional y comercial que le impuso la persecución oficial o la indiferencia de las autoridades, nunca le hicieron desistir en la defensa de lo que consideraba justo y bueno para Melilla y España, más allá de las proclamas patrioteras de los que años más tarde, tratando de salvar a España, convirtieron la ciudad en un matadero y sumergieron al país en cuarenta años de negrura y represión.

El señor Mingorance Alonso, vivió apartado de todo contacto con la Dictadura y el periódico no participó, a diferencia de otra prensa, en la construcción de un discurso que él consideraba patriotero y contrario a la salvación de España. Una veces por escrito y otras con sus silencios,  trató de dar una visión menos estrecha y más ecuánime de los intereses españoles en la zona. Esta posición, que pagó con multas, apercibimientos, secuestros y suspensiones no le hicieron desistir en lo más mínimo de sus propósitos. Así defendió sin vacilaciones la normalización política y jurídica de Melilla, exigiendo su incorporación al mundo municipal, mediante la creación de su Ayuntamiento o la exigencia de representación en Cortes para la ciudad.  Mingorance fue un gran ausente, en las estrechas relaciones personales, sociales e incluso económicas que se tejieron entre las autoridades militares y los representantes de la prensa en Melilla  (Cándido Lobera, Jaime Tur, etc.) durante la tres primeras décadas del siglo XX.

Fue un innovador en su profesión, trayendo a Melilla las máquinas “Typograff”, con las que  trabajó durante años, para más tarde incorporar a su imprenta una máquina “Linotype”, utilizada por casi todos los grandes periódicos.

Fue vocal de la Junta de Arbitrios, llegando ser nombrado Vocal-Secretario y cargo que se le concedió por unanimidad. Con la llegada de la Junta Municipal fue cesado. Más tarde, con la República, presentó su candidatura como independiente siendo elegido concejal del primer Ayuntamiento de Melilla en 1931.

José Mingorance Alonso, nació en 1880. Estuvo casado con Elisa Rodríguez de Uriburru. Tuvo dos hijos, José y Elisa, muriendo el 18 de febrero de 1933, con 54 años, cuando todavía “pensaba en días de luchas y de glorias” para las páginas de su diario, “más acostumbradas más a las primeras que a las segundas”. Su propio periódico lo describía en los siguientes términos:

Hombre rudo, si se quiere, de temperamento fuerte, pero sano; de criterio propio, aun cuando ello le produjera trastornos en su vida particular y aún en la familiar y gasto en la económica, pero al fin de criterio propio, que no supo de servilismo ni fue implorando caridades a este ni al otro despacho.

Fue toda su vida don José Mingorance Alonso hombre que tuvo un concepto tan particular en estos tiempos como acertado en todos, de no acercarse a nadie para alcanzar un merecimiento. Los que tuvo, si los tuvo, fueron por él, pero no a cambio de lastimar su persona rebajándose, ni aún con un saludo tan fácil de disimular.

Gustaba de la razón, y ante ella cedía; odiaba la adulación, y ante ella se indignaba. A la manera de los hombres de recio temple que ya llevan sobre sus hombros más de medio siglo y que conservan aún modalidades distintas, tenía como preciado galardón no acercarse a los que por ser más podían tenerle un gesto de desprecio, ni rechazaba de su lado a los que eran menos porque entendía que la caridad, ejercida en forma anónima, era siempre provechosa y útil.

Batallador, por temperamento, no le asustaba la contienda ni miraba nunca el tamaño ni la situación del enemigo, por muy ventajosa que fuera. Su norma era seguir, siempre seguir hasta el final, sin retroceder, sin desalentar. No veía jamás imposible ni lejano el triunfo. Por el contrario, para él representaba alcanzarlo cosa fácil y hacedera.

Con él desaparece una de la figuras más activas y destacadas del periodismo de España en el Norte de África. Así ha sido. Así tendría que ser.

Como decía su periódico el día de su muerte  a pesar “de las múltiples actividades a que dedicó su existencia, don José Mingorance Alonso,” murió “pobre” o, mejor dicho, no murió rico, salvo en amigos; contando con el reconocimiento de toda la profesión y un legado que desgraciadamente apenas si ha llegado hasta nosotros, debido a que la colección de sus periódicos  se encuentra fragmentada y fuera de los archivos oficiales. Y sin embargo,  “El Popular de Melilla” , es una pieza fundamental para explicar y contar la parte de nuestra historia que nos ha sido hurtada.






Foto Lino: Máquina linotipia (marca Merghentaler, Modelo 5), adquirida en el año 1931 para los talleres de ”El Popular de Melilla”. Inexplicablemente aparece en los talleres de "El Telegrama de Melilla" en los años 40. Posteriormente y tras el cierre de "El Telegrama", la fue adquirida al chatarrero y tras una primera restauración, donada al Museo Municipal-Casa del Reloj (1984,) donde tras varios años desaparecida, fue restaurada (Mustafa Arruf) y en 2006 se pudo exponer al público en ese Museo. De nuevo y tras la remodelación de la Casa del Reloj (en estos mismos días) no se sabe su destino.

Foto: Imagen de la Redacción de "El Popular de Melilla" en la calle Isabel la Católica. La persona etiquetada con el número 1 es D. José Mingorance Rodríguez, hijo del fundador D. José Mingorance Alonso. La persona etiquetada con el número 2 es D. Juan Aranda, regente de talleres del periódico, dirigente y miembro de la Federación de Artes Gráficas (años 30) de UGT.