Elecciones a Cortes
Artículo publicado en el El Telegrama del Rif el 23 de junio de 1931
Arreglos y transcripción para el Blog El
Popular de Melilla
Organizado por la Agrupación Socialista, se
celebró el domingo 21 de junio de 1931, a las diez de la mañana, en la plaza de toros, un mitin de
propaganda electoral. Asistió numeroso público viéndose ocupados los tendidos
de sol, los palcos y parte del ruedo.
En distintos lugares de la plaza se colocaron
altavoces cedidos galantemente por la
casa Parres.
Setenta y cinco jóvenes, pertenecientes a la
Juventud Socialista, se hallaban encargados de mantener el orden, que en ningún
instante fue perturbado, deslizándose el acto en medio de la mayor corrección y
gran entusiasmo.
La tribuna de los oradores fue situada en la
meseta del toril, instalándose la mesa de la prensa en el ruedo, cerca de dicho
lugar.
El afiliado de la Agrupación Socialista de
Melilla, compañero Vera cantó el himno de la Internacional escuchándose al
terminar muchos aplausos.
INTERVENCIÓN
DE ANTONIO DÍEZ MARTÍN, PRESIDENTE DE LA AGRUPACIÓN SOCIALISTA DE MELILLA.
El señor Antonio Díez, en elocuentes términos,
pronunció un extenso discurso, haciendo historia de la determinación adoptada por
la Agrupación Socialista de aprestarse a la lucha, explicando las causas que
le han hecho concurrir a las elecciones apartada del Partido Republicano.
Afirma que los socialistas han traído la
República y por ello están en el deber de laborar porque la investidura
parlamentaria la ostente una representación obrera. Añade que los socialistas
han de evitar que por las puertas grandes de la República penetren muchos de
los que sirvieron al régimen caído.
Dice que los socialistas que no traen
rencores personales, cuentan con la
fuerza suficiente para presentar un candidato que no es letrado, que no sabrá
interpretar las leyes, pero que cumplirá la ley moral. Al lado de estos
representantes obreros estará el sabio socialista Fernando de los Ríos, gloria
jurídica que ha estructurado el programa del PSOE que éste ha de
llevar al Parlamento.
Manifiesta que a los socialistas no les satisface
la república burguesa, pues si esta fuera la meta de su ideal el socialista no
tendría razón de ser. Que son republicanos, antes que socialistas, pero cree que
debe seguir actuando en pro de las reivindicaciones proletarias, no olvidando
que existen millones de obreros parados.
Habla de la instrucción del obrero, diciendo
que un pueblo que esté instruido no será un pueblo de esclavos. Manifiesta que
todos tienen derecho a entrar en el concierto de la vida que les corresponde
por el derecho de haber nacido.
Dice que en Suiza hay explotadores y explotados, y que en Norteamérica su presidente goza de idénticos derechos que un rey absoluto, conculcándose allí la ley y ejercitándose la justicia por procedimientos venales, de lo que es prueba el proceso de Sacco y Vanzetti.
Habla de la Constitución que tendrá España y
dice que una representación obrera en el Parlamento será un cauce abierto para
transformar sin violencias el actual estado de cosas.
Censura la idiosincrasia del carácter
español, que ahora se muestra entusiasmado con las próximas elecciones y que
pasadas éstas, volverá a manifestarse con apatía.
Expresa que la Dictadura fue la que hizo
mayores conciencias ciudadanas, por sus procedimientos de opresión.
Manifiesta que no convienen las violencias, y
a este respecto dice que hay que agradecer a Trifón Gómez que no echara a los
ferroviarios a la calle, pues entonces la República se hubiera convertido en
una república militar como la de Méjico.
Termina diciendo que hay que actuar con el
cerebro, única forma de que por obra de los obreros organizados pueda ser algún
día realidad la paz del mundo entero. (Prolongados aplausos).
El señor Ortuño dice que los momentos
actuales son de gran trascendencia, puesto que en ellos ha de estructurarse la
Constitución del país, norma que ha de ser para los obreros, para sus hijos.
Se muestra opuesto a la forma de actuar del
Gobierno Provisional, al que califica de débil.
Manifiesta que los melillenses deben
demostrar que son ciudadanos capacitados para llevar un representante
socialista al Parlamento que sea capaz de laborar no solo por el
engrandecimiento de la ciudad, sino por todos los problemas vitales que interesan
a los trabajadores.
INTERVENCIÓN
DE LUIS BONELL OLIVA, PRESIDENTE DE LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS DE MELILLA
Comienza evocando un hecho saliente de la
Revolución Francesa y a continuación dice que no está todo hecho, después de
proclamada la República en España, con dar vivas y agregar un nuevo color a la
bandera patria, pues la batalla no ha terminado. Las esperanzas que hiciera
concebir la República se van viendo insatisfechas por quienes antes colaboraron
con los socialistas.
Recuerda una frase de Castelar y dice que
España quiere dar un paso grande para elevarse rápidamente a su grandeza.
Habla del programa que los socialistas
desarrollarán en el Parlamento, y combate a quienes se hallan en posesión de
actas y representaciones, merced a la colaboración con los socialistas.
DE DIEGO JAÉN BOTELLA
Habla a continuación el señor Diego Jaén,
quien manifiesta que hasta hace pocos días ha sido sacerdote y que siempre fue
hijo de obrero.
Añade que sobre él han llovido excomuniones,
pero que tiene la conciencia tranquila.
Dice que Jesucristo no entró nunca en los palacios
como no fuere para ser juzgado por el delito de difundir sus divinas doctrinas
entre los humildes. Si estuviera en la tierra, estaría aquí entre los obreros,
y añade que Pablo Iglesias fue hijo excelso de Jesucristo.
Recomienda a los obreros que vayan a las
urnas y voten al señor Acuña, pues es un arma preferible a las barricadas, ya que no
debe derramarse sangre.
Los tres oradores fueron objeto de cariñosos
aplausos.
INTERVENCIÓN DE ANTONIO ACUÑA CARBALLAR, CANDIDATO SOCIALISTA A LAS CORTES GENERALES
levantarse, es saludado con una salva de
aplausos, los cuales recoge –dice- para
ofrecerlos al Partido Socialista.
Dice que carece de lirismos para engalanar su
discurso, pero que tiene corazón para sentir todos aquellos problemas que
afectan a la clase trabajadora.
Combate al régimen capitalista, que lo mismo
dentro de la Monarquía que dentro de la República, oprime y explota al
trabajador persistiendo el espíritu de esclavitud.
Habla de la religión, y dice que ésta no
permite a la mujer que piense y que colabore con el hombre en la obra
ciudadana.
Dentro del régimen capitalista, gobernarán
siempre los menos a los más y por ello los obreros deben capacitarse para que
el Gobierno sea de los más para los menos.
No queremos –dice- una República burguesa, sino una República Socialista que significa igualdad de derechos, y que habrá de implantarse algún día con verdadero vigor.
La enseñanza debe ser gratuita en todos los
grados, para todos los ciudadanos, pues el talento no es privilegio de las
clases pudientes.
Dice que no será en el Parlamento una gran
personalidad, pero llevará la representación de las sociedades obreras y de los
socialistas y trabajará por ellos y para ellos, porque defendiéndolos a ellos, se defiende así mismo.
Habla del problema de la tierra, y manifiesta
que ésta es de la nación, y que debe darse a los municipios, y éstos a las
sociedades obreras, para que el pueblo obtenga los frutos que da la naturaleza.
Paralelamente, el Estado debe proteger a los obreros campesinos.
Entiende que la tierra no debe darse en
propiedad, porque sería crear otra
pequeña burguesía, ya que todos llevamos dentro de si un egoísta innato.
Que no se
asustan, que es el socialismo integral, pero antes hay que capacitar a
los obreros para no llegar al fracaso.
A continuación se circunscribe al programa de
Melilla y dice que es necesario resaltar que esta ciudad no es la de los
capitalistas solamente, ni la de los cuervos que se enriquecieron con la
guerra, sino que es también la de los obreros organizados que cifran sus
anhelos en un porvenir mas justo y mas equitativo. El Municipio sabe de los negocios de la
ciudad, y sabe que hay compañías que
detentan el suelo, estimando que debe hacerse una revisión de los terrenos, que
se otorgaron con perjuicio de la propiedad general.
Se refiere después al Protectorado, y censura
a los que preconizan que Melilla depende de la Alta Comisaría, sin duda para
estar más cerca de los que mandan.
Dice que los burgueses melillenses votarán al
candidato burgués, que aunque sea muy radical no lo será tanto como el
socialista.
Habla de nuevo del Protectorado y entiende
que hay que sostenerlo, pues es preferible a que cayera en manos de otras
naciones, pero evitando que el indígena sea explotado, pues hay que respetar
sus derechos.
Preconiza la necesidad de pedir para Melilla
la implantación de un centro de enseñanza superior, que irradie a toda la zona
de Protectorado. No quiere que la bandera tricolor ondee en Ketama, porque
significaría dominación, y quiere por el contrario que la bandera roja campee
en todo el mundo
.
Nuestro programa –añade- es radicalísimo,
pero está basado también en la protección a los pequeños industriales.
Dedica palabras a los funcionarios y
empleados que, como él son obreros, pero que todavía nos se hallan impregnados
del ideal proletario, porque aun no han sabido romper los prejuicios, y les
dice que se unan a ellos para evitar que continúen prosperando las injusticias.
Termina el señor Acuña Carballar su discurso,
agradeciendo las muestras de entusiasmo que ha observado en el mitin y
manifiesta que si resulta elegido sabrá cumplir en todo instante con los
deberes y orientaciones que el partido le señale a favor de la ciudad y del
obrero.
El discurso del señor Acuña fue interrumpido
en distintas ocasiones con aplausos, y lo mismo al final, escuchando una
prolongada ovación.
ANTONIO
DÍEZ MARTÍN
El señor Díez nuevamente hace uso de la
palabra para hacer el resumen de los discursos.
Dedica elogios al candidato Acuña,
manifestando que todos los trabajadores deben votar con entusiasmo su
candidatura para llevarle al triunfo.
Glosa los mas salientes párrafos de los
anteriores oradores.
Dice que el Partido Socialista no quiere
demagogias ni excesos violentos, como lo ha reiterado en ocasiones distintas.
Censura al capital, y enaltece al trabajo
diciendo que éste es el que produce y transforma.
Habla de determinadas empresas nacionales que
en algunos momentos provocaron las huelgas para que acabaran a tiros y
sufrieran las humildes clases trabajadoras.
Se refiere a Marruecos, y dice que hay que
enfocarlo desde su aspecto racial, y que debemos actuar cerca de los indígenas
como hermanos, recordando los siglos de dominación musulmana en los cuales
trajeron las corrientes de civilización.
Añade que la cuestión social interesa a
todos, cualquiera que sea su ideología y manifiesta que los mismos capitalistas
deben votar al candidato socialista, pues el partido en nombre de quien habla,
no va contra el hombre, no quiere un pueblo de ricos, sino un pueblo donde no
exista un pobre.
Con referencia a él, dice que muchos le creen
el alma del movimiento obrero en Melilla y esperaban que fuera el candidato
pero que él no es mas que uno de tantos, que está dispuesto a actuar en la
forma que le ordene el partido donde existe una gran disciplina.
Termina recomendando sea votada la
candidatura del señor Acuña y anunciando otros actos de propaganda electoral.
Al terminar el señor Díez es repetidamente
aplaudido.
El acto terminó interpretándose el himno de
riego, que fue escuchado en pie por los asistentes.